Santander, 21 de octubre de 2013
Queridos Bea y Javi
Por la presente, Caracoles y
Alrededores queremos agradeceros el día de convivencia tan fantástico que
pasamos juntos el pasado domingo 20 de octubre. Sois unos anfitriones
estupendos y en todo lo que hacéis se nota vuestro amor hacia nosotros. Fue un
día divertido, agradable, que pasamos en buena compañía y como siempre,
insuperable.
Permitidnos resaltar esas
cosillas que tanto calaron en nuestros corazones y nos permitieron disfrutar de
ese fantástico día. Incluiremos documentación gráfica que lo demuestre, aunque
no estarán todas las fotos que ese día se hicieron, que fueron miles, sin exagerar.
Si queréis ver más, ir al Facebook, no seáis vagos.
Para empezar, el tiempo, que
siempre nos trae por la calle de la amargura… Qué estupendo día de sol
radiante…ese cielo despejado…ese viento que nos llevaba los pelos de allá para
acá y casi nos hacía salir volando. A ver si la próxima vez reguláis un poco y
que se quede en una ligera brisa. En tiempo atmosférico os ponemos un 7.
Por otro lado, el tiempo. Pero el
del reloj. Quedar a las 12:00 en Silió …vamos a ver… vamos a ver si nos damos
cuenta de que eso es imposible. Nuestra hora natural de quedar es la hora del
vermut, es decir, las 13:00, casi mejor las 13:30. Si es que algunos llegamos
con el agua al cuello. Algunos incluso ni llegaron. Os lo vais apuntando
también. Hora de quedar: 13:00.
También hay que decir que las
indicaciones que nos disteis, muy detalladas, no contemplaban todas las
incidencias del camino…la imprevista pasá Tudanca, el paisano del 600. Así no
hay forma de llegar a tiempo. Como ge-pe-eses…hay que refinarse un poco, queridos.
El motivo del encuentro, conocer
vuestro adorado valle de Iguña y visitar el Museo de la Vijanera de Silió.
Bueno, Javi. Aquí tenemos que
recordar que ya en junio quisiste llevarnos y diste la lata a todo el mundo con
el tema…a nosotros (que si está muy bien, que tenemos que ir), al Ayuntamiento
(que abran el museo, que por qué no abren el museo, que yo lo quiero ver…).
Nosotros no decíamos nada y esperábamos acontecimientos prudentemente.
Y cuatro meses más tarde…¡lo
conseguiste!. Un 10 en perseverancia. Y además conseguiste llenar el aforo,
fuimos un número de familias nunca visto…¡8 familias! Exito total. Un 10 en
poder de convocatoria.
Qué decir de la visita al Museo…
¡nos encantó! La guía, Eva, nos lo explicó todo fenomenal, nos tenía
hipnotizados y no se nos oía ni respirar. Qué bien nos portamos, aunque había
cosas que asustaban…
El Museo está instalado en la Ermita de Santiago, que
tiene mucho encanto, en el mismo centro de Silió. Teníais razón, muy fácil de
encontrar.
Pequeños y mayores estábamos muy
interesados viendo a todos los personajes, que tanto nos recuerdan a la fiesta
de carnaval del cole.
Los Zarramacos, que en el cole
llamamos Zamarrones…
El oso… que daba muuuucho mieeeedo…
Difícil resumir aquí todo lo que
vimos en el museo, así que el que no haya ido, que se anime (www.vijanera.com). Bea y Javi, os ponemos
un 10 en motivación de la salida dominical (o dominguera, según se mire).
A la salida del Museo nos hicimos
la foto de grupo oficial para tener un recuerdo…¿estábamos todos?...qué va,
imposible…algunos no están en la foto, otros salen camuflados, otros ni miran
al fotógrafo…Bea y Javi, os ponemos un cero en impartir disciplina a este
grupo…no será tan difícil.
Aprovechamos para pedir disculpas
a los que no salen ni en esta, ni en ninguna otra foto…mira que es
difícil…¡pero ha ocurrido!. Otra falta de disciplina mezclada con un poco de
dispersión. Así somos.
Después del museo, un agradable
paseo hasta la Iglesia
románica de San Facundo y San Primitivo. Por
fuera es muy interesante y entretenida de ver, con muchas figuras, para
nosotros de libre interpretación…ese señor tocando el arpa, los monos, el
cochinillo listo para el horno…Dicen que también merece la pena verla por
dentro, pero como nos coincidió con la misa de una, pues no pudimos
entrar…ay-ay-ay…revisemos la agenda parroquial.
A la vuelta del paseo uno de los
coches que llevábamos se despeñó por un paso elevado. Menos mal que el padre
correspondiente, invadiendo propiedad privada, bajó por un terraplén al rescate
del vehículo, lo que discurrió con éxito. La subida del terraplén ya fue más
dificultosa, con el vehículo en una mano y trepando con la otra: deslizamiento
de tierra, se me escapa el zapato, se me escapa el calcetín; unos carneros que
pastaban en el prao, que se acercan a ver si hay algo para cornear…qué momento
de tensión. Hubo final feliz, para que cinco minutos más tarde el coche se
volviera a despeñar y quedara hecho 3 partes….qué poco duró.
Bueno, de este episodio hemos
acordado no culparos, aunque habría que hacer un reconocimiento previo de las
rutas, para no arriesgar ni los bienes, ni la integridad física de las
personas. Tomad nota.
Y después del paseíto, nos fuimos
a comer…Aquí ya sólo podemos alabaros y daros las gracias por vuestra
hospitalidad. Os adelantamos que os vamos a poner una matrícula de honor.
Esa terraza que nos habíais
preparado, ese prao con sus árboles y sus sombras, ese baño que tanto echamos
de menos en otras ocasiones. Ese empeño en poner el lavavajillas con los tupper
sucios, a lo cual lógicamente nos negamos porque a ver cómo nos las arreglamos
en la próxima salida…Anotad: no hay que poner el listón tan alto.
El catering funcionó de
maravilla, en parte porque os olvidasteis de traer los 2 kg de macarrones que
habíais preparado y, claro, así la comida quedó más justita…
La calidad del menú estuvo muy
bien, aunque ese mérito no es vuestro, por lo del olvido de los macarrones,
claro, por no hablar de los boquerones. Sentimos mencionar ese episodio de
doloroso recuerdo, pero es que así fue la cosa.
Para comer hubo empanada casera,
competición de emparedados, guacamole un poquitín picante (cocinera…¡qué
traviesa!), ensaladilla (de la misma cocinera que el guacamole…¡que se
repita!), quesu, chorizo…pa-ta-tas-fri-tas-co-ca-co-la!
Y el postre…aquí sí que vamos
evolucionando, aunque esta vez Bea no quiso hacernos su rico helado de queso
con arándanos (en cambio, prefirió hacer 4 kg de macarrones que luego no quiso
compartir…qué cosas).
Hubo una aportación de arroz con
leche y mousse de limón que tuvo un gran éxito. Parece que también debería
haber habido tarta de zanahoria, pero no llegó a destino…aunque esa es otra
historia de comida desaparecida que nada tiene que ver con la de los macarrones…¿o
sí?
Qué tarde genial pasamos.
Estuvimos la mar de a gusto y hubo de todo para todos:
Siesta para el que pudo…
Juegos de jardín…
Recogida de nueces…
Y para los peques… ¡sorpresa!…¡UN HINCHABLE!
Se volvieron todos locos, y
aunque era para los peques, también se pudo detectar alguna infiltrada gamberra
con ganas de juerga…
Os ponemos un 10 en entretenimiento infantil.
¿Y quiénes recogieron al final? Pues ellos…unos padres muy
pájaros.
Y la traca final…¡¡ FIESTA DE DISFRACES !!
Había reinas, princesas, futbolistas, hadas, sevillanas…y hasta
calabazas y algún mago.
Y la gran actuación final…
Con los padres de los artistas muy atentos…
Creemos que ha quedado claro que
lo pasamos genial y que esto no lo supera ni siquiera un día en la Warner. Aunque
igual nos conviene un poco más de seriedad en nuestras salidas culturales, por
favor.
Queridísimos Bea y Javi,
esperamos que el relato de los hechos os sirva para mostraros nuestro
agradecimiento y, sobre todo, para vuestro enriquecimiento personal. Deseamos
que la experiencia os permita mejorar y pulir esos pequeñitos defectos que
apenas os hemos hecho notar, tan discretos que somos, que no nos gusta
quejarnos.
Y por supuesto, contamos con
vuestras ganas y ese espíritu emprendedor que siempre os acompaña para
organizarnos otra salida igual-igual que esta, que tan satisfechos y contentos
nos ha dejado.
Con todo nuestros afecto y
agradecimiento
Fdo. Caracoles y Alrededores
P.D. Ya nos la habéis liado, a
ver qué salida organizamos ahora, que nos salga mejor que esta.
Besos-mua-abrazos-qué majos que sois.