Parece que Caracoles y Alrededores
nos vamos animando...el domingo 26 de mayo quedamos para una nueva aventura.
Los Caracoles estaban encantados y súper-emocionados.
Además del entusiasmo de los
peques, contamos con unos estupendos organizadores - ¡vivan los organizadores!
- que esta vez nos prepararon una visita muy interesante al molino de mareas de
Santa Olaja. Este molino está plantado en medio de la Marisma del Joyel, así que
estaba garantizado que el entorno iba a ser espectacular.
A eso de las 11:30 ya estábamos
casi todos en el punto de encuentro: el aparcamiento junto a la carretera,
desde donde parte un camino que se adentra en la marisma. Como los Caracolines
estaban inquietos y no paraban de dar vueltas, emprendimos el paseo.
Nos habían avisado de que el camino nos llevaría un ratito. No
contábamos con que los peques estaban bien entrenados después de su caminata a
las cuevas de Puente Viesgo. En cinco minutos nos plantamos en el punto intermedio
de reunión
Y cinco segundos después ya teníamos el molino muy cerca. Aunque el
sprint que se marcaron los Caracoles no nos dejó tiempo a la observación de
aves ni de cualquier otra cosa, el paisaje nos dejó encantados.
Y como llegamos rápido, estuvimos esperando pacientemente en la puerta
del molino hasta que nos reunimos todos.
En el molino, con mucha
paciencia, Alicia - ¡gracias, Alicia! - nos contó cosas muy interesantes del
funcionamiento de un molino de mareas. Nuestros Caracoles participaron abriendo
compuertas para mover las ruedas del molino y cerniendo un poco…de harina
molida. Luego vimos un vídeo donde el propio molino nos contó su historia:
desde la gloria de los primeros tiempos hasta hoy, que le encontramos
reconstruido para que todos podamos visitarlo y apreciar su valor.
Y se acabó la visita. Con otra
carrera de Caracoles nos plantamos de nuevo en el aparcamiento en un pis-pas.
Todos a los coches rumbo a Arnuero donde hay un pequeño parque junto al camping
y al Ayuntamiento. Allí, sin comerlo ni beberlo, empezaron a aparecer mantas,
mesas, sillas y taburetes, tortillas, cervezas y zumos, aceitunas, patatas
fritas…no faltaba de nada! Si es que cada vez nos organizamos mejor…
Después de la comida había que
moverse un poco…bueno moverse los mayores porque los peques no habían parado ni
un minuto. Se arrancaron con actividades para todos los gustos: dibujo,
patinaje (con monitor voluntario incluido), fútbol (cómo no), búsqueda de
bichos, maquillaje,…
En fin, que los mayores
tenían que moverse un poco y nos fuimos de paseo hasta
Y tuvo que aparecer la lluvia…no
hay problema, nos refugiamos en el soportal de la iglesia donde los Caracolitos
adoptaron posición escolar y nos cantaron todo su repertorio, empezando con la
canción del pollito, pasando por poesías y terminando con canciones en
inglés…incluyendo coreografía, por supuesto.
Y cuando la lluvia paró, de vuelta al parquecito y a merendar y vuelta a
jugar…nuestros Caracoles son incansables!!! Mientras tanto, las mentes
tecnológicas iban informando de nuestra situación…
El mundo entero pudo enterarse en tiempo real de lo bien que lo
estábamos pasando. Fue un día genial. Estamos esperando con ilusión el próximo
evento. ¿En qué estarán pensando nuestros incansables
organizadores? Pronto lo sabremos…